Un gran número de las mudanzas que se realizan en todo el mundo se llevan a cabo a través del transporte por tierra. Un sector que, sin embargo, no atraviesa su mejor momento debido a que cada vez aumenta más el nivel de endeudamiento de las empresas especializadas y resulta complicado encontrar fuentes de financiación. De hecho, y según diversas fuentes, desde 2008 en España han desaparecido cerca de 22.000 empresas dedicadas al transporte por carretera.
Así, con el objetivo de apuntar soluciones a esta situación, la Asociación de Cargadores y Usuarios del Transporte de Mercancías (Aeutrasmer) ha organizado recientemente unas jornadas en las que se han analizado los diferentes aspectos financieros en el transporte de mercancías por carretera.
En primer lugar, se enumeraron algunas de las fuentes de financiación a las que puede acudir cualquier empresa de transporte que desee continuar realizando su labor de forma independiente o en colaboración con empresas de otro sector –como, por ejemplo, el de las mudanzas-. Entre las más destacadas se encuentran:
- El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI): Es una entidad pública que financia todo tipo de proyectos de I+D+i gracias a las inversiones que recibe del Ministerio de Economía.
- La Empresa Nacional de Innovación (Enisa): Se trata también de una entidad pública que depende del Ministerio de Industria y ofrece financiación –tomando como referencia el Euribor, al que añade entre un 2 y un 2,5%- a proyectos que resulten innovadores. El importe de la concesión puede aumentar si, además, la empresa en cuestión demuestra una gran rentabilidad.
- Las líneas ICO: Se corresponden con los préstamos que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) hace a la banca para que se los concedan a sus clientes.
- Las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR): Actualmente facilitan financiación con un interés más bajo del 5%.
Por otra parte, se ha indicado que el endeudamiento de las empresas –otra de las razones que se han apuntado como causa fundamental de la mala situación del sector- es aún mayor en el caso de las empresas pequeñas.
La creciente morosidad, los elevados tipos de interés, los grandes costes fijos a los que tienen que hacer frente y el inevitable descenso de los ingresos por la caída de la actividad están, tal y como han especificado, “ahogando a los empresarios”.
En este caso, se ha instado a las empresas a realizar ejercicios de autoanálisis para poder aplicar medidas que resulten realmente efectivas para mejorar su posición en el mercado –que puede pasar por apostar por la deslocalización, la especialización, la colaboración con otras empresas, etc.- y, sobre todo, a idear nuevas formulaciones que se adapten a los requerimientos actuales y permitan mejorar las estructuras financieras.