Las mudanzas son una de las actividades diarias que producen más residuos, tanto a nivel de restos físicos como de gasto de combustible. Hasta ahora, se ha considerado una de las actividades menos ecológicas, pero esta visión puede cambiar.
En las mudanzas debe primar la practicidad por el hecho de que se trata de una actividad muy pesada. Por ello, es difícil organizar una mudanza completamente ecológica, pero sí que se pueden seguir una serie de pautas que ayuden a que sea lo más verde posible.
Las empresas de mudanzas que quieran adquirir el adjetivo de ecológicas pueden comenzar a cambiar las tradicionales cajas de cartón por algunos contenedores de plástico. Por una parte, se evita el dispendio de cartón innecesario y, por otra, se tiene la posibilidad de reciclar estos contenedores para futuros clientes. Ahorramos en gastos y apoyamos al medioambiente.
Otra idea es envolver los objetos pequeños, como por ejemplo las vajillas, en papel reciclado, en vez de en envoltorios de papel nuevo que, más tarde, serán lanzados a los contenedores, provocando residuos. De este modo, la empresa también gana.
Pero el factor más importante reside en la cantidad de combustible a usar. Cuantos más viajes se utilicen para trasladar los objetos y muebles, más impacto ambiental tendrá la mudanza y, también, más coste económico. En este punto entra en juego la actuación del cliente, quien a la hora de preparar su mudanza debe considerar si muchos de los objetos que traslada son necesarios o podría donarlos, información adicional que la empresa puede ofrecer. También la adecuación del vehículo a la dimensión de la mudanza por parte de la empresa llevará a ahorrar en este sentido, reduciendo los viajes de transporte.
Cuando una persona busca una compañía profesional y seria para realizar una mudanza puede encontrar varias que cumplan con lo estrictamente solicitado, pero si además generamos una buena acción como es preservar al planeta, estaremos creando un valor añadido difícil de rechazar.
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