El cambio de domicilio para poder hacer frente a los pagos, los traslados locales o provinciales por cuestiones laborales e, incluso, los cambios de oficina aprovechando el descenso de los alquileres en las grandes ciudades han propiciado que el sector de las mudanzas no se resienta tanto por la crisis como otros mercados, pese a que sufre indirectamente sus efectos por la explosión de la burbuja inmobiliaria.
La Oficina del Padrón Municipal de Madrid registró, durante el año 2011, casi 240.000 traslados de domicilio dentro de la propia capital. Y la razón esgrimida por los expertos ha sido de índole económica.
Tal y como explica Fernando Merino, director del portal fotocasa, “intentan pagar menos dinero. Al cambiar de un barrio a otro, se pueden ahorrar hasta 300 euros de alquiler". Mientras que el sociólogo Roberto Barbeito, de la Universidad Rey Juan Carlos confirma que “la disminución del poder adquisitivo de las familias les hace buscar un piso acorde con su situación”.
Se trata, además, de una teoría ratificada por las cifras ya que los tres barrios que han recibido un mayor número de personas procedentes de otras zonas son aquellos en los que la vivienda es más económica (Carabanchel, Puente de Vallecas y La Latina, en el caso de Madrid).
Por otra parte, la movilidad geográfica demandada en muchos puestos de trabajo, así como la realizada por propia iniciativa para intentar ampliar las posibilidades de encontrar un empleo, han beneficiado a las empresas de mudanzas, incluso en el ámbito internacional.
Igualmente, el descenso en el precio de los alquileres de las oficinas de Madrid, Barcelona y Valencia, según datos de la consultoría Jones Lang Lasalle, ha propiciado que empresas de todo tipo hayan decidido cambiar su emplazamiento. Los traslados se han realizado para estar mejor ubicados en las ciudades o en zonas específicamente pensadas para agrupar grandes firmas, y también han contribuido a la supervivencia del sector de las mudanzas.
Foto: Aki Servicios