La crisis económica está teniendo diversos efectos secundarios. Uno de ellos es el retorno a los países de origen de las personas inmigradas en nuestro país. Ante la mala situación económica, muchos deciden volver a probar suerte en su tierra natal y tienen que trasladar todos los enseres que no han podido o no han querido dejar aquí. Es en este momento, en el que las empresas de mudanzas tanto internacionales como de alquiler de contenedores intervienen.
Las compañías de mudanzas son conscientes de este incremento de los retornos, puesto que si hace un año se enviaba un contenedor semanal hacia países sudamericanos, este año, se ha llegado a los cinco envíos por semana.
Cada vez son más las empresas que se adaptan a este nuevo tipo de clientela, ya que si antes, el cliente principal era el sector de la construcción, actualmente, las circunstancias han cambiado.
Asimismo, es importante que los clientes realicen un plan antes de enviar todos los objetos a su destino final. Estos clientes han de calcular el precio de los bienes que han comprado, cuál es la cantidad de dinero que podrían obtener si los venden aquí y cuánto cuestan en su país si tuvieran que volver a comprarlos. Además, deben saber también cuál es el precio de la aduana, puesto que en cada país es diferente. Por ejemplo, en Uruguay, el precio por introducir un vehículo en el país es nulo, mientras que en Argentina es bastante elevado. Según explican diferentes empresas, estas mudanzas suelen ser preparadas con una antelación de meses.
Una vez se ha decidido absolutamente todo, se fija una fecha entre la empresa y el cliente para enviar el contenedor al país de origen del mismo. Estos contenedores son enviados a Valencia y desde allí son mandados hacia su nuevo destino. Las mercancías suelen tardar un mes aproximadamente en llegar a la dirección indicada.