Una buena planificación y coordinación son imprescindibles a la hora de realizar la mudanza de un centro hospitalario ya que hay que tener en cuenta el traslado de elementos muy delicados como son los pacientes, así como los muebles y el material médico y quirúrgico.
Las mudanzas de clínicas o centros hospitalarios no son muy comunes y además cuentan con una serie de dificultades añadidas que las hacen muy complicadas y que hacen que requieran un tratamiento especial.
Es importante intentar hacer la mudanza, si es posible, durante un fin de semana de verano, ya que suele haber menos afluencia de pacientes y menos movimientos en el centro. Además, es recomendable realizar pruebas o ensayos previos para confirmar que todo funciona correctamente y evitar así posibles accidentes.
Hay que tener en cuenta que, junto con los muebles y los materiales, se debe realizar el traslado de los pacientes. En este punto es necesario seguir un orden concreto y planificar muy bien este proceso tan delicado. Los traslados deberán realizarse según la gravedad del estado de los pacientes –se empezará por los más leves, después las madres y los niños recién nacidos y, por último, los más graves-.
Para no perjudicar el ritmo de la mudanza (que se debe hacer lo más rápido posible) y para poder seguir atendiendo correctamente a los pacientes, hay que programar a la perfección la actividad quirúrgica y asistencial del centro, repartiéndola entre el antiguo y el nuevo hasta que finalice el traslado.
Por este motivo, el traslado del material médico y quirúrgico deberá realizarse (además de con mucha precaución) por fases, ya que ninguno de los dos centros se puede quedar sin recursos por si se produce alguna urgencia.
Para que todo este proceso se lleve a cabo con éxito es necesaria, o más bien imprescindible, una buena coordinación y comunicación entre la empresa encargada de la mudanza y los trabajadores del centro hospitalario.