Siguiendo la definición de la RAE, un guardamuebles «es un local destinado a guardar muebles», un espacio habilitado donde poder depositar de manera prolongada nuestros enseres. Su empleo, por tanto, suele estar vinculado, en la mayoría de los casos, a la realización de una mudanza.
No es, por tanto, un simple espacio de almacenamiento, sino que su funcionamiento reúne unas condiciones especiales de uso, a pesar de que algunas empresas equiparen su funcionalidad a la de un simple trastero. La Federación Española de Empresas de Mudanzas establece que son guardamuebles aquellos locales, de entre 12 y 15 metros cuadrados y 3 metros de alto, delimitados por calles, en los que se dividen espacios que oscilan entre los de 3000 y los 8000 metros cuadrados.
Muchas son las personas que se preguntan cuál es el coste aproximado de un guardamuebles, qué singularidades tiene su uso y si éste está limitado en el tiempo. Por ello, en este artículo trataremos de responder a todas estas cuestiones.
¿Cuánto cuesta un guardamuebles?
Los precios por metro cuadrado varían de una empresa a otra, pero normalmente oscilan entre los 9 y los 22 euros. Por tanto, el importe final vendría determinado por el tamaño del módulo, es decir, dependería de los metros cuadrados que tenga el guardamuebles que hayamos alquilado.
Las empresas de mudanzas y guardamuebles suelen facturar el alquiler del local mensualmente, por lo que tendremos que abonar la cantidad estipulada todos los meses hasta que cesemos el contrato de alquiler de nuestro espacio.
¿Cuánto tiempo puede usarse un guardamuebles?
Aunque a priori pueda parecernos que su uso está limitado, lo cierto es que las empresas de mudanzas no ponen límite de tiempo al uso del guardamuebles. Eso sí, como ya hemos comentado, no es un simple trastero, por lo que solo podremos entrar en él durante el horario marcado por la empresa de mudanzas.
Su acceso, por tanto, no es libre, menos para el propio personal de la empresa. Las llaves o las claves de acceso no las tienen los usuarios, sino que están custodiadas por la propia empresa. De este modo, la mayoría de las empresas de mudanzas y guardamuebles exigen al inquilino del local que este avise con 24 horas de antelación si necesita acceder a su módulo.
Además de estar al corriente de los pagos de alquiler, el usuario tendrá que rellenar un impreso en el que consten sus datos personales y su documento nacional de identidad para poder entrar. Tras este paso, los trabajadores de la empresa de mudanzas le entregarán al inquilino la llave o la clave de acceso de su guardamuebles.
¿Es necesario seguir unas normas de almacenamiento especiales?
En el interior de su local el inquilino podrá almacenar sus muebles como mejor le convenga. No se exige que estén embalados, pero, obviamente, es mejor para el usuario que los enseres estén convenientemente protegidos del polvo, suciedad y humedad que se genera en un espacio cerrado. Hay que tener en cuenta que no son espacios herméticos, por lo que siempre entra algo de suciedad.
Lo ideal es que los cubramos o envolvamos, según las pertenencias, en plástico. Los muebles más grandes podemos cubrirlos con una tela si no encontramos plásticos de ese tamaño. Para los más pequeños, podemos optar por cajas de cartón o por papel. De este modo, se estropearán menos y se conservarán en mejores condiciones para su posterior uso.
¿Estarán mis muebles seguros en el guardamuebles?
Todas las empresas de mudanzas y guardamuebles cuentan con un seguro de responsabilidad civil a terceros que protege posibles daños que ocasione el movimiento de los muebles y las cajas depositadas en el guardamuebles.
Además de ello, las naves donde los locales se localizan cuentan con medidas de seguridad que protegen los guardamuebles las 24 horas del día los 365 días del año, como circuitos cerrados de televisión y detectores de alarmas que alertan de cualquier intrusión, incendio, robo o inundación que pudiera producirse en sus instalaciones.
Por último, disponen de un servicio de limpieza en las áreas comunes y de un equipo dedicado a la desinfección y control de plagas, que evita que los guardamuebles sirvan de criadero de roedores o insectos que, además de ser antihigiénico, pone en riesgo la conservación de nuestros muebles.