Realizar la mudanza de una gran compañía requiere prestar una especial atención a determinados aspectos, sobre todo porque suele tratarse de traslados de una gran magnitud en los que, además de muebles o material de oficina, se deben mover una gran cantidad de ordenadores y otros elementos delicados – técnicos o no- como, por ejemplo, cajas con documentación importante.
En primer lugar, es importante que exista una comunicación fluida entre el cliente y la empresa de mudanzas para que ésta sepa, con el mayor detalle posible, el volumen real de la mudanza y pueda hacer una previsión y ofrecer un presupuesto ajustado que no se vea incrementado por gastos inesperados.
Además, conviene ofrecer seguros adicionales en caso de que haya material importante o delicado y concretar las condiciones previamente, sobre todo en caso de que el cliente solicite algún tipo de requerimiento especial –por ejemplo, realizar la mudanza en unas horas concretas para minimizar la molestia a los trabajadores-.
Igualmente, hay que ajustar al máximo los plazos de la realización del traslado, ya que cada día de más que se invierta puede ser un día en el que la compañía está viendo reducida su productividad y, en consecuencia, sus beneficios.
Por ello, es importante informar desde el principio tanto del tiempo que se prevé que se necesitará para las tareas de embalaje y demás, así como de lo que supondrá el traslado completo y las posibles tareas de desembalaje o montaje en los nuevos espacios.
Otra opción que puede plantearse es la de realizar la mudanza en diferentes fases para no llegar a perder la operatividad empresarial en ningún momento. Aunque, en cualquier caso, debe ser el cliente quien decida entre las diversas opciones la que mejor pueda llegar a ajustarse a sus necesidades.
Foto: Mudanzas Lusan