Vas a cambiar de domicilio y tienes que hacer frente a una mudanza. Tienes el material de embalaje que necesitas preparado: cajas, tijeras, cinta…, pero no sabes por dónde empezar o, lo que es peor, no sabes cómo embalar tus objetos para que lleguen en perfecto estado y las cajas y demás materiales de embalaje hagan bien su función.
Aunque a priori parezca un trabajo sencillo, no lo es. Por eso, aquí te presentamos algunos errores comunes que solemos cometer en el embalaje.
Emplear cualquier material
Este es uno de los errores más comunes. Lo primero que debemos saber es que no vale cualquier caja de cartón. Sí, todos hemos ido al estanco u otro establecimiento a pedir cajas para nuestra mudanza. Pero eso no es lo correcto, ya que esas cajas no están preparadas ni protegidas para hacer frente a un traslado. Tenemos que tener presente que las cajas van a contener nuestros objetos personales, nuestros bienes más queridos. Qué mejor que emplear materiales especiales para ello.
Y ello mismo lo hacemos extensible a la protección individual de los objetos. A ningún museo se le ocurriría embalar una valiosa escultura de cristal con bolsas de plástico o papel de periódico, con el consiguiente riesgo de rotura. Pues lo mismo sucede con nuestros enseres. Son lo más preciado que tenemos, así que ¿por qué no envolverlos como se merecen? Emplear papel o plástico de burbujas o de espuma de polietileno es la solución ideal para asegurarnos de que nuestros objetos lleguen sanos y salvos a su destino.
Emplear las cajas en función del tamaño de los objetos
También es otro mal hábito, ya que no siempre las cajas grandes son para objetos grandes o pesados.
Mezclar objetos para repartir el peso
¡Nunca! A la hora de introducir los objetos en las cajas, nunca meteremos en la misma caja objetos frágiles, como vajilla o cristalería, con otros no tan frágiles, como libros, o más resistentes, como cojines, por ejemplo. De este modo, cada tipo de objeto irá en una caja independiente: la vajilla con la vajilla, los libros con los libros, los cojines con los cojines, etc.
Colocar los enseres de cualquier manera en el interior de la caja
Otro error que solemos cometer a menudo, ya que todo tiene su orden y disposición correcta para que el transporte sea perfecto. Aquí también tendremos que prestar atención al tipo de objeto, ya que en función de lo que sea, lo depositaremos de una manera u otra. Por ejemplo, la vajilla siempre se colocará en vertical, nunca en horizontal, para evitar el sobrepeso que se produce sobre las piezas frágiles situadas en la parte inferior de la caja, lo que ocasionará rotura de piezas y desperfectos.
Por su parte, la cristalería la dispondremos tumbada, nunca en posición vertical (de pie). Por el contrario, los libros debemos colocarlos en posición horizontal para evitar que los cantos de los libros se doblen o que los libros pierdan su forma original. Las alfombras no se doblan. Si son pequeñas podemos enrollarlas e introducirlas en una caja. Si son grandes, las enrollaremos y las protegeremos convenientemente con papel de burbujas o de espuma de polietileno para que resistan el traslado.
Dejar las cajas a medias
Si las cajas que hemos empleado son de mudanzas, y los enseres están convenientemente embalados, es mejor que llenemos las cajas completamente. Por la parte exterior podemos indicar al personal de mudanzas la dirección que llevará esa caja, así como si el material que contiene es frágil o no.
Hacer una mudanza requiere mucha organización. Por ello es importante que tengamos claro cómo proceder para evitar llevarnos sorpresas durante el desembalaje.